19.7.25

En torno al declive de lectores de ciencia ficción

 Recientemente LetrasLibres ha publicado un artículo de Owen Yingling  bajo el tópico de “EL DECLIVE CULTURAL DE LA FICCIÓN LITERARIA”; con ello el autor considera un verdadero movimiento cultural la #tag en cuestión, y por ello hace hincapié en los ciclos observados, como marco de referencia utiliza un concepto sociológico de “identidad” en los lectores gringos y hace un comparativo con bestsellers de la década de los sesentas y otros datos estadísticos que ayudan a complementar el argumento… Él inicia poniendo que el público solía devorar literatura elevada y no solo obras maestras innovadoras: ficción que simplemente era buena. Ya no es así, y la explicación no está en los móviles. Con esto último él menosprecia la función del gadget y la extensión tecnológica que representa para los lectores en la actualidad… Aunque a decir verdad cualquier lumpenintelectual (..) trataría de apoyar o por de pérdida no menospreciar su argumento en beneficio de la élite… Ahora bien, los mexas podrían chismorrear a Mr. Yingling en un tono anecdótico haciéndole saber que lo anterior son puras mamadas ya que a la distancia la ficción literaria de nuestro país (que encuentra su vínculo ulterior con los intentos decodificación ciberpunk) tiene un fuerte componente Anti-sistémico y caótico similar a las propuestas cinematográficas del vecino país del norte. Además de que los ezetaelenes han influido también en toda esa concepción. En ese sentido la identidad (a la que el público lector se pueda avocar) disloca las coordenadas de cualquier matriz cultural prefijada, esto es ya un acto de rebelión intrínseca en cualquier muestra de público instruido-letrado-ilustrado y que el acceso a la red ha evidenciado a través de la Conspiración, materia prima durante algún tiempo en los tópicos a nivel global… Aun así hemos de declararnos enclenques bajo un punto de vista particular de la situación literaria de los EE.UU. Aunque él cree que también existe “discriminación” (Mta… vaya noticia) y luego surge la duda en torno a ¿Qué cualidad no identitaria tienen en común los grandes autores de  la que carecen prácticamente los jóvenes escritores de la ficción literaria contemporánea? Con ello descompone el factor subterráneo o mejor dicho undergraund que dicho género contemplaría por de faul. Aunque su diagnóstico es preciso: 

El colapso del impacto cultural de la ficción literaria estadounidense en el siglo XXI, medido por las ventas comerciales y la capacidad de producir grandes escritores conocidos, se debe menos a la política de identidad o a los móviles que a una combinación de shock de oferta (la reducción de revistas y la cantera académica) y shock de demanda (el abandono de la escritura de libros que atraen al lector normal en favor de la búsqueda del prestigio dentro del mundo de la ficción literaria).

El pedo es que no contempla la función verídica como herramienta tecnológica que los usuarios hacen del móvil, aunque sea para publicar sus pendejadas pero que los insertan a un momento cumbre de comunicación horizontal-global, es decir que se vuelven un sujeto-sintético que se “salta” a la literatura-lasletras en aras del periodismo o mejor dicho la INFO, en tiempo real… Algo que la ¡FuerzaInformativaAzteca! (megasic.) ha evidenciado en los últimos tiempos (sic.) Después el corresponsal de la revista hace un tipo de comparativo con la lista de novelas más vendidas 62, 63 y 69 del siglo anterior (y se apoya en otros momentos: 51, 58, 74) con las del 23 del nuevo milenio, aunque muestra un dato terrorífico: Ninguna obra de ficción literaria ha entrado en la lista de los diez libros más vendidos del año Publisher´s Weekly desde 2001. Aunque después el salto contemplativo se sitúa en 2021 y 2024. Entonces ese género no esta al alcance de todos, no sólo del público lector, sino de bienaventurados escritores o editores malditos.  Finalmente cita a Mr. Will Blythe (que a su vez cita a ARX-Han), al Sr. Alex Pérez, además  evidencia la tendencia a la baja:Fuente: Fundación Nacional para las Artes.

Aun así su interpretación nos ayuda a entender un poco más la situación actual  en torno a que los teléfonos, Internet, los contenidos breves, etc. Han cambiado la forma en que la gente consume libros, de tal manera que la ficción literaria ha pasado de moda… Aunque los conocedores en estos temas señalan que la tecnología descompone la interpretación de por si compleja que se tiene del arte… A mi entender se trata de un aspecto generacional pero que suena preocupante para los analistas y los literatos en general, también creo que no es posible considerar una tendencia evolutiva del género, sobre todo por el impacto cultural que la propuesta representa (de ahí que las obras actuales o escritores jóvenes suene absurdo de considerar), no así las “obras maestras”. Aun así el análisis de Mr. Yingling es extenso e inductivo en su aspecto metodológico que nos ayuda a reflexionar sobre el público lector norteamericano, es decir que los gringos han dejado de ser más estadounidenses al menos dentro del consumo que a la ficción literaria se refiere...

Nota: Mr. Owen Yingling es catedrático en Chicago colaborador de Substack OY.