Ahora bien, el evento está relacionado con una Exposición llevada a cabo en el Museo Nacional de Antropología e Historia a cargo del INAH durante 2011 que contó con la participación del Dr. Stephen Castillo Bernal. Existe un artículo detallado en línea. En ese sentido procuraré mostrar brevemente una serie de notas obtenidas de la exposición. Cabe señalar que mis referencias como reportero cultural son mínimas y no cuento con las herramientas suficientes para determinar una exposición detallada relacionada con la visita a un museo, como se podría pensar.
En un primer momento he desarrollado una serie de Ideas Clave: Otorgar sentido a los fenómenos y entidades en la naturaleza para legitimarse en el cosmos a través de sucesos benignos. Tomar en cuenta la ciencia empírica en la sociedad primitiva a través del ensayo/error. La exposición muestra el estudio de Jorge Acosta en cuanto a Tula, el corral, cabeza de coyote 900-1250 D.C. Al igual que la ferocidad, valentía y arte de matar tolteca. El jaguar es una representación de obscuridad, inframundo, tierra, cielo estrellado y guerreros valientes. También es un compañero espiritual, así como un alter ego.
De
igual manera es necesario un tipo de Introducción en relación al evento. En
relación a los toltecas sabemos que su enseñanza se encuentra adscrita dentro
de los primeros temas de los libros de texto de Historia a Nivel Primaria en el
apartado relacionado con Mesoamérica. Según el libro de Historia Universal
(Antigüedad y Edad Media) de Appendini y Zavala (1963) en el apartado de
“Culturas aborígenes americanas y oceánicas”:
El estado tolteca, cuyo centro fue Tollpan, hoy Tula, en
el estado de Hidalgo, surgió en el siglo IX d.J.C. y su poderío abarcó dos
siglos. Su influjo irradió desde los valles de México y Puebla hasta Yucatán y
Centroamérica. La base de la economía tolteca fue la agricultura. Cultivaron el
maíz, el frijol, el chile, el maguey. Sus dioses principales fueron el Sol, la
Luna, Venus, Tláloc y Quetzalcóatl. Entre los artesanos se destacaron los
arquitectos, los mecánicos, los escultores. Sus esculturas van desde las
pequeñas, de barro, hasta las monolíticas de Tula. La cerámica es lisa o
decorada y artísticamente policromada. Para la molienda del maíz y otros frutos
y semillas utilizaron el metate o molino de piedra; para hilar, el huso o
malacate; para cortar, cuchillos de hueso, piedra y obsidiana. El uso del baño
de vapor, o temascal, no sólo era una práctica higiénica, sino religiosa.
A
pesar de que existen elementos de estudio sociológico en los planteamientos
anteriores no considero propio desarrollar dicha ciencia para determinar
aspectos importantes de la exposición. Considero que será oportuno avocarnos a
la Antropología Filosófica y la Historia. En ese sentido, utilizaré un marco de
referencia histórico-filosófico para introducirnos al tema y tomando en
consideración las “ideas clave”. Por ello se dice que el pensamiento
prefilosófico estaba relacionado con el
“pensamiento mágico” algunos sociólogos como Comte consideran también éste tipo
de planteamientos como el estadio social primigenio (de 3) considerado de tipo
Metafísico. El pensamiento mágico ve a
los objetos como fuerzas vivas, dotados de voluntad y deseos. Ahí, todo tiene voluntad propia. Todas las cosas
son un tú y como se tratará de otra persona y no de un objeto. También, las relaciones entre las cosas son iguales
que las relaciones entre los seres humanos: simpatía y empatía. Esto
implica una reflexión lineal como
sustento científico. Ahí, se dice que un
encuentro con la realidad exterior implica un encuentro del hombre consigo
mismo. El conocimiento de los objetos se lleva a cabo juntamente con un
conocimiento del hombre como sujeto. Cuando el hombre, a partir de su
conocimiento que tiene de las cosas, reflexiona a) sobre su mismo acto de
conocer; b) sobre sí mismo como sujeto que conoce; c) y sobre la relación
íntima que en el fondo existe entre su propio ser y el ser de las cosas, hace
entonces filosofía. Tomando en cuenta el título de la exposición es posible
expresar la reflexión lineal mediante la siguiente gráfica:
HàCàJàT
H
es el hombre que conoce. C (Coyote), J (Jaguar), T(Tolteca) que son una
realidad que el hombre va conocido desde la perspectiva de sus causas, cada vez
con mayor profundidad. Otros más podrían considerar otra gráfica de la
reflexión oblicua:
ßß<
HàCàJàTàCosmogonía
H
es el hombre que conoce. Un encuentro con la realidad significa un encuentro
del hombre consigo mismo. El hombre reflexiona:
1.
Sobre su acto de
conocer;
2. Sobre sí mismo;
3. Sobre la relación que él guarda para con la realidad.
Por
otra parte, la palabra “sensible” se
deriva del vocablo “sentido”, término con el que designamos los órganos de
nuestro cuerpo a través de los cuales logramos establecer la comunicación entre
nosotros y el mundo que nos rodea. Nuestra cultura occidental habla de cinco
sentidos externos: el tácto, el olfato, el gusto, la vista y el oído… De la
realidad espiritual sólo se puede hablar empleando imágenes del mundo sensible.
En
ese sentido, no existe algún parámetro de análisis similar de acuerdo al
contexto, aunque podríamos tomar en cuenta algunos filósofos presocráticos para
continuar con una tentativa de Marco Referencial para la exposición. Ahí
Demócrito (Siglo V A.C.) decía “No
sabemos nada, la verdad está en lo profundo”. Heraclito de Efeso “El
obscuro” pensaba que “lo mismo es vida y
muerte, velar y dormir, juventud y vejez; aquellas cosas se cambian en éstas y
éstas en aquéllas”. De igual manera, Tales de Mileto propuso que el
fundamento de todas las cosas es el agua. Empedócles consideraba que
existían 4 elementos constitutivos de las
cosas: agua, aire, tierra y fuego. De esos 4 elementos combinados en medida,
forma y proposición diferentes proceden todos los seres. Las diferentes
combinaciones se producen por el impulso de dos fuerzas cósmicas, incesantes y
antagónicas: el amor (Eros, filia) y el odio, o discordia, que actúan sobre los
4 elementos agrupándolos o disgregándolos alternativamente, en cumplimiento de
una ley cíclica.
Bajo
estas referencias podremos establecer otro planteamiento más para tratar de entender
la actividad se trata del “Mito”. Este
es considerado una leyenda, una fábula, tradición ficción que se distingue del
hecho, de aquí su complejidad sociológica. Se trata de un relato de los tiempos
fabulosos y heroicos de sentido generalmente simbólico: mitos griegos. Existe
también el relato alegórico basado en una generalidad histórica, filosófica o
física: el mito solar. Cosa que no tiene realidad concreta. Según el
Diccionario de Filosofía Abreviado, un mito es un relato de algo fabuloso que se supone acontecido en un pasado remoto
y casi siempre impreciso. Pueden referirse a grandes hechos heroicos que con
frecuencia son considerados como el fundamento y el comienzo de la historia de
una comunidad o del género humano en general. Pueden tener género humano en
general. Pueden tener como contenido fenómenos naturales, en cuyo caso suelen
ser presentados en forma alegórica. Muy a menudo los mitos comportan la
personificación de cosas o acontecimientos. Cuando el mito es tomado
alegóricamente se convierte en un relato que tiene 2 aspectos, ambos igualmente
necesarios: el ficticio (consiste, de hecho, no ha ocurrido lo que dice el
relato mítico) y lo real (de algún modo, lo que dice el relato mítico,
corresponde a la realidad). El mito es como un relato de que podría haber
ocurrido si la realidad coincidiera con el paradigma de la realidad . En el
mito las aventuras proceden del saber popular. Surge una ciega exaltación de la
vida ciega, a la que se entrega la praxis también ciega que oprime todo lo viviente. En el terreno antropológico es una fábula
aunque se dice que tiene una influenza religiosa cuya característica principal
es la transmisión oral, aunque a veces se consigne, más tarde por escrito. Los
mitos emanan de una sociedad y llevan los ecos de sus estructuras, que a veces
legitiman. Toda orden social conocido se mantiene unido por un sistema de
mitos. Hay quienes señalan que se trata también de un modelo histórico (gr.
Mythos, fábula). También se dice que las modernas revelaciones de las mitologías
de América complicaron el problema y crearon una mitología comparada que ha
intentado clasificar y explicar el origen de estas creencias. Se han pretendido
explicarlas ya por una tradición común, de origen oriental, ya por el estado
psicológico del hombre primitivo, que tenía tendencia a fiarse únicamente del
testimonio de sus sentidos y para quien todo cuanto estaba dotado de movimiento
o de fuerza, como el sol, los elementos, estaba provisto de una vida análoga
nuestra (antropomorfismo). En sus migraciones, los pueblos primitivos llevaron
consigo sus mitos, lo que explica la difusión de algunos de ellos y su
modificación en contacto con otros cultos.
Algunos intelectuales como Octavio Paz consideran que el mito en la
poesía está determinado por la traducción, la trasmutación y la
resurrección. Otros más establecen que
para el desarrollo de teorías
histórico-arqueológicas es necesario tomar en cuenta las cuestiones míticas
(los eruditos, alucinados por los mitos, quisieron ver en ellos, el origen de la
religión: a) Teoría del Fraude –Fontenelle, Voltaire, b) Teoría simbólica –Fr.
Creuzer, c) Teoría de las leyendas nacionales –CO. Müller). En ese sentido,
la angustia humana explica las mitologías de la Antigüedad y, del mismo modo,
los mitos que encontramos entre los pueblos actuales, impropiamente llamados
“primitivos”. Estos mitos podrán parecernos extraños, desconcertantes o de una
ingenuidad casi infantil. Pero hay que comprender el valor humano que encierran
y el hecho de que, durante siglos y en toda la Tierra, han confortado y
exaltado a millones de almas formando parte integrante de la espiritualidad
humana. Tampoco puede olvidarse cuan frecuentemente han inspirado el arte y la
poesía. Reciben el nombre de mitos las invenciones tradicionales y legendarias
que intentan explicar ciertos acontecimientos de modo sobrenatural. La palabra
mitología se refiere al conjunto de los que han imaginado los distintos pueblos
o, en general, a la ciencia que los estudia. La mitología de un pueblo es
diferente de la religión, aunque suelen estar estrechamente ligadas, ya que es
tan grande la tendencia mítica de la humanidad que pueden encontrarse embriones
de aquélla incluso en las religiones más primitivas (Fetichismo, animismo) o en
las más espiritualistas, como el budismo, en las que figuran tradiciones y
leyendas de carácter claramente mitológico. Se dice que como ciencia, la mitología suscita dos problemas: el del origen de los
mitos y el del significado de éstos. Muchas explicaciones han sido propuestas
en el curso de la historia sobre el origen, pero ninguna teoría llega a ser
completamente satisfactoria. El problema de cuál es el contenido primordial ha
recibido también diversas soluciones. Se admite que los mitos expresa n
fenómenos de la naturaleza, pero se trata de precisar cuáles son estos. Para
unos, simbolizan los fenómenos regulares y periódicos (sucesión del día y la
noche, aparición y desaparición del Sol) para otros se refieren a los fenómenos
meteorológicos irregulares (Tempestades, borrascas, relámpagos, etc.) o son un
emblema de la vegetación y el fuego. Mientras tantos cabe recordar que el estudio empírico de la historia advierte
que los mitos pueden no ser verdaderos en lo que cuentan, pero que son
verdaderos en otro sentido: en que cuentan, algo realmente acontecido en la
historia, es decir, la creencia en mitos. Los mitos fueron considerados como
hechos históricos: su verdad en una verdad histórica. En la época contemporánea
el mito como elemento posible, y en todo caso ilustrativo, de la historia
humana y de ciertas formas de comunidad humana. El mito no siempre es objeto de
pura investigación empírico-descriptiva ni es tampoco una manifestación
histórica de ningún absoluto: es modo de ser o forma de una conciencia distinto
al análisis empírico o por metafísico pero con un significado epistemológico
grande. La conciencia mítica es una de las formas de la conciencia humana a
través del examen de los mitos que ilumina la estructura de tal conciencia. La
conciencia mítica está determinada por la conciencia y la cultura. Existe una
necesidad de la conciencia cultural. Los mitos pueden ser considerados como
supuestos culturales. En el caso concreto de la región Le Clezio señala que
los mitos no son algo exclusivo de los
pueblos prehispánicos, son algo inherente a cada persona. También, la angustia humana explica las mitologías de
la Antigüedad por medio del imaginario social. Existe un valor humano en
esto a través del arte y la poesía. Los
mitos son invenciones tradicionales o legendarias que intentaran explicar
ciertos acontecimientos de modo sobrenatural.
Es
a partir de aquí donde tomamos en cuenta la cuestión simbólica, el símbolo. Entonces
simbolizar los fenómenos regulares y
periódicos es a través de la sucesión del día y la noche o de la aparición y
desaparición del sol, mientras que hacer lo propio en los fenómenos
meteorológicos irregulares es a través de las tempestades, borrascas y
relámpagos. Emblema de la vegetación y el fuego.
Los
últimos componentes están representados a profundidad y como se leerá a lo
largo de la exposición a través de los planteamientos por Claude Levy-Strauss en “El estudio
estructural del mito” dentro del Journal
of American. Ahí, el mito como el
resto del lenguaje es formado por unidades constituyentes que deben ser
identificados, aislados y relacionados que deploran una red de significados. Esto
da paso a una cuestión importante y que será tomada en cuenta a plenitud de
nuestra parte, el “fenómeno cultural” producto
de un sistema de significación que se define sólo en relación con otros
elementos dentro del sistema que dicta significados. En dicho fenómeno
cultural el análisis estructural toma en
consideración todas las variantes halladas en el estudio del fenómeno
determinado. Para ello Existe un espacio conceptual entre la Sociología y
la Filosofía mediatizado por la crítica literaria a través del
“estructuralismo” en donde es posible identificar
y definir las reglas y limitaciones en el seno de las cuales y en virtud, el
significado es generado y comunicado. También existe un código de
significación: arbitrario e indispensable para aprehender la realidad. El
método inmanente no mira en el exterior para explicar los fenómenos culturales.
Elimina la búsqueda de autenticidad donde se encuentran diferentes versiones de
un mito. Se necesita interpretar el funcionamiento de la mente también. Por
ello la teoría kantiana de los procesos de pensamiento queda así demostrada a
posteriori por la investigación antropológica y con culturas primitivas,
culturas científicas y un todo estructural idéntico. Para todo ello es útil el
estudio de la narrativa.
Filmografía
recomendada:
·
Tula: El espejo
del cielo. Gobierno del Estado de Hgo., PRO.
·
Tula A.C. y et.
Al. México (2003). 47 min.
·
Mel Gibson (Dir.)
Apocalypto (Film). Durante el declive del
imperio Maya, los líderes insisten que para regresar a la prosperidad es
necesario construir más templos, además de ofrecer sacrificios. Jaguar Paw, es
un hombre joven elegido para uno de los sacrificios e intentará evadir su
destino de cualquier forma.
En torno al artículo me
permito discrepar en algunos conceptos. De esa manera como señalé en la parte
introductoria, no es considerada la Sociología como ciencia de análisis, lo
anterior debido a la noción que se tiene de “Sociedad” y “Civilizacion” en
donde ésta última está relacionada al contexto histórico que se pretende
estudiar pero que abarca un periodo milenario para poder consolidarse. En ese
sentido no es preciso hablar de “sociedad tolteca” sino más bien a través de
términos antropológicos correspondientes. Lo mismo sucede cuando se habla de
“ideología”. Mientras tanto, siguiendo el modelo para determinar la estructura
del mito de Levi-Strauss y en relación a la cosmovisión tolteca, el Premio
Nobel de Literatura JGLe Clezio tiene un texto relacionado y otros apartados
más donde se hace referencia a ello, lo anterior de manera compleja a través de
Mesoamérica y no en concreto de la cultura tolteca.
Respecto
a la Bibliografía del Artículo he tenido acceso a 2 autores. Se trata de Ernst
Cassirer y Cleeford Gertz. Éste último con la lectura en cuestión. Se trata
de un par de antropólogos importantes. La lectura de Gertz ha sido primordial en cuanto a la denominada “descripción densa” para
determinar reportes en diversos momentos.
Al respecto, existe un artículo de Aura Ponce de León publicado en mayo
de 1999 que plasma de manera precisa sus aportaciones bajo el título de ¿Todo relativismo es un enfoque indeseable en
las ciencias del hombre? Clifford Geertz y la defensa de la singularidad.
En el primer párrafo se hace referencia
a lo que los sociólogos denominan "Subjetividad y Vida Cotidiana". En
ese sentido, la subjetividad es singular y emergente, relación producida y
productora. La subjetividad se construye y constituye en las estructuras
vinculares que la trascienden y que conceptualiza en términos de ámbitos
grupales, institucionales y comunitarios. Estas estructuras son autónomas e
independientes al mismo tiempo. De esa forma, la naturaleza es una fuente de
moral interior lo que (Curiosamente) representa una alineación no sólo social
sino cósmica.
La otredad es también considerada la
alteridad, relacionada con una interpretación social del conocimiento humano a través
de escenarios de vida similares en el aspecto espiritual.
Al mismo tiempo, los investigadores
pretenden establecer a la guerra como el vínculo social y simbólico entre los
coyotes y jaguares con ciertos sectores toltecas. De igual manera pretenden establecer ciertos
parámetros de análisis conductual y funcional de los sacerdotes prehispánicos.
En ese sentido, el trabajo antropológico es inevitable, puesto que junto con
los arqueólogos y los historiadores han podido determinar ciertas
características de la sociedad prehispánica. Aun así dado el periodo en el que
se desarrollaron la guerra fungía también como un rito, un tipo de ambivalencia
abstracta que nutría al cosmos dentro del imaginario indígena. Por ello él
mismo INAH considera que "la guerra en el México antiguo" se
caracterizó por guerreros y fortalezas. "La actividad bélica, era casi el
único camino para el ascenso social, pues el guerrero que se distinguía en
combate se le ascendía en la jerarquía castrense y era objeto de diversos
privilegios".